Se prevé que la tasa de desempleo se mantenga estable, pero se pronostica una desaceleración en el empleo en los próximos trimestres, según Fedea

MADRID, 21 (SERVIMEDIA)

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) estima que el empleo crecerá en este tercer trimestre del año un 0,3% respecto al segundo, mostrando una desaceleración que se mantendrán en los próximos trimestres, al tiempo que la tasa de paro será “relativamente estable” en lo que queda de año y el próximo.

Así se puso de manifiesto durante la presentación de la nueva edición del Observatorio trimestral del mercado laboral coordinado por Florentino Felgueroso (Fedea) y Rafael Doménech (BBVA Research).

Doménech indicó el crecimiento en el empleo venía siendo del 1% en los últimos trimestres y en el tercero anticipó un 0,3%. Destacó que “prácticamente todos los indicadores de empleo han superado los registros prepandemia”, si bien con heterogeneidad. En el caso de las horas realizadas por trabajador, este indicador aún no ha recuperado el nivel previo a la pandemia, mientras que si se mide la productividad por hora trabajada apenas se situó un 0,1% por encima.

Pese al aumento del empleo, la tasa de paro apenas se redujo una décima en el segundo trimestre y se aproximó a los registros de 2008. La bajada del número de parados que llevaban más de un año buscando fue mayor que la del total, con lo que la incidencia del desempleo de larga duración retomó la senda descendente.

Doménech indicó que en el observatorio se va a empezar a monitorizar el coste laboral y en el segundo trimestre se ralentizó, más por trabajador que por hora realizada, debido al avance moderado de las cotizaciones sociales.

Respecto a los salarios por hora trabajada, éstos crecieron un 7,6% en junio, por encima del 6,5% de marzo y de los registros del segundo semestre del año pasado.

Doménech resumió que el segundo trimestre mostró dinamismo en el mercado laboral, pero con “señales de desaceleración” en el tercero.

Por su parte, Felgueroso explicó que España sigue destacando por sus elevadas tasas trimestrales de salida del empleo al paro, del entorno del 3% de los ocupados, y todavía supera a la del resto de países de la UE y más que duplica el promedio de la UE-27. Esta tendencia apenas ha cambiado desde el fin de la pandemia, excepto para los menores de 30 años.

Felgueroso también comentó que la tasa de sobre-cualificación de los españoles es la más alta de la UE, con un 35,9% en 2022, lo que supone que son trabajadores empleados en un puesto para el que se requiere menos formación. Explicó que ese desajuste se asocia con un desplazamiento de trabajadores con educación secundaria hacia ocupaciones menos cualificadas. Además, se ha mantenido estable durante las tres últimas décadas.

Para Felgueroso, “hay que esperar” para comprobar todos los efectos de la reforma laboral como en la productividad. En la misma línea, el investigador de Fedea Marcel Jansen apuntó que la reforma laboral “es un éxito por la caída de la temporalidad, pero lo que nos interesa es que realmente haya una mejora en la estabilidad del empleo” y “ha restringido mucho la contratación temporal pero seguimos sin poner un precio justo a la rotación”.

En la presentación también intervino la vicepresidenta de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Celia Ferrero, quien comentó que “preocupa mucho el acople que va a haber del colectivo autónomos en los próximos meses”, dado que detectan en ATA “una especie de desánimo” por la situación económica, particularmente en el sector del comercio.

Así, anticipó que “desgraciadamente, puede que este año sea un año de pérdida de autónomos vistos los datos”.

Al ser preguntada sobre si está funcionando el uso de los fijos discontinuos entre los autónomos, Ferrero comentó que ha llevado a los autónomos a “organizarse mejor”.

Sobre la rotación de autónomos, apuntó que hay que “buscar alternativas” y no entender que el autónomo es un trabajador. Explicó que hay negocios que funcionan solo en los meses de verano y autónomos que se dan de baja recurrentemente porque tienen incertidumbre sobre los ingresos que percibirán, mientras los acogidos a la tarifa plana “no se dan de baja”.