El toque de queda y sus consecuencias para el ocio nocturno y la hostelería

Asociamos diversión a la noche, y ello es debido a los horarios laborales normalmente, pero no siempre es así. En España hay una cultura de la diversión asociada a “cuanto más tarde, mejor”. Esto cambió hace unos años en la Comunidad Valenciana cuando apareció el llamado ‘tardeo’ que llenaba las calles de jóvenes y de adultos desde las dos de la tarde.

En plena pandemia y ahora con un toque de queda en pleno 2020 como una medida de prevención, ¿no pueden apostar desde los negocios del ocio nocturno por abrir antes? De hecho, de doce de la noche a seis de la mañana es un horario en el que hay espacio para consumir en un bar. La salud está por encima de la economía y de unos hábitos que no van de la mano de la lógica en este momento. Francia y su toque de queda a las 21 h, sí sería una catástrofe para el ocio nocturno

En Francia, unos 20 millones de personas se verán afectadas por la medida más dura hasta la fecha para frenar la expansión del Covid-19. Quienes la rompan se expondrán a multas de 130 euros, que pueden llegar hasta 3.750 euros e incluso seis meses de prisión en caso de reincidencia.

Contribuir a la lucha contra el virus y no paralizar la actividad económica

Los sindicatos y la patronal dan su visto bueno a esta nueva medida

En principio los agentes sociales están conformes con el horario establecido por el ‘toque de queda’ desde medianoche hasta las seis de la mañana, puesto que no incidiría negativamente en la economía. A pesar de ello, los hosteleros sí creen que afectará a su facturación, por lo que han pedido abrir por el día.

Lo que llama la atención que es que se apele a las pérdidas que conllevarán el hecho de que no se puedan celebrar reuniones más allá de las doce de la noche relacionados con eventos como bodas, etc. ¿Acaso no hay ya restricciones en cuanto a número de personas? ¿Quién va a celebrar una fiesta de esas características?

¿Son la hostelería y el ocio nocturno los grandes perjudicados por la pandemia?

Obviamente sí, por su naturaleza y por sus horarios,no son lugares donde parezca seguro permanecer mucho tiempo (la mascarilla ha de quitarse y ponerse de manera intermitente) y el ocio puede ser entendido de otras formas: paseos o la práctica de ejercicio. La empatía nos lleva a entender a este sector, pero la lógica nos empuja a poner en un primer lugar la salud.

El ocio nocturno reclama su derecho a abrir por el día

Achacar que las fiestas se harán en las casas y de manera clandestina, como argumento para poder abrir es respetable, pero no todos los ciudadanos apuestan por organizar ese tipo de reuniones en sus casas.

La idea de reinventarse y ofrecer otro tipo de servicios es la opción más viable en estos momentos donde la incertidumbre y los cambios son el pan nuestro de cada día. Por nuestro carácter y por nuestra forma de ser, parece que lo lógico es seguir comportándonos como antaño, o como este verano, cuando los contagios aumentaron. Y visto el panorama, la ‘nueva normalidad’ es lo que vemos cada día.