La reserva asistencial social incluye una serie de ayudas pensadas para ofrecer una mayor cobertura a los autónomos que han tenido una enfermedad provocada por su actividad profesional o han sufrido un accidente laboral.
El objetivo principal de estas ayudas es paliar uno de los principales miedos de los autónomos: solicitar una baja laboral.
Este paquete de ayudas, publicado en el BOE, el 13 de diciembre de 2019, tiene la función de cubrir los gastos de rehabilitación y adaptación al puesto de trabajo del profesional; también incluyen la reforma de la vivienda o del vehículo, si se sufren secuelas tras el accidente o la enfermedad.
Esta reserva asistencial para autónomos se gestiona a través de las mutuas de accidentes e incluye, si es necesario, la formación del trabajador por cuenta propia para conseguir un nuevo empleo.
Además de los trabajadores por cuenta propia, los familiares también pueden recibir estos paquetes de ayudas. A continuación te mostramos los principales beneficiarios de la reserva asistencial para autónomos:
Estas ayudas cubren el ingreso del autónomo en un centro socio-sanitario o residencial si ha desarrollado especiales dificultades para realizar actividades básicas diarias. Además, si es necesario el ingreso en un centro hospitalario, el profesional y los familiares pueden solicitar una subvención para cubrir los gastos de traslado, estancia y dietas.
Por otro lado, cubre el coste de la prótesis y las ayudas técnicas no regladas; también se incluyen los tratamientos médicos, recomendados por el especialista, y que no forman parte de los tratamientos ordinarios.
Para renovar los conocimientos de trabajador o facilitar su inserción socio-laboral, la reserva asistencial social ofrece la posibilidad de pagar al autónomo unos cursos de formación profesional.
Además, esta prestación permite adaptar el lugar de trabajo a tus nuevas necesidades y, de esta manera, suprimir todas las barreras que pueda haber.
Se incluye el coste que supone la adaptación de la vivienda o una ayuda para adquirir una nueva casa adaptada. En este caso, se sufragan los gastos que suponen la eliminación de barreras arquitectónicas para adecuar la casa al actual estado físico del trabajador.
Del mismo modo, se puede solicitar una asistencia si es necesaria la ayuda para realizar las actividades básicas diarias; por ejemplo, apoyo en el aseo personal o para la realización de las tareas del hogar, entre otras.
Por otro lado, estas ayudas incluyen el acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, es decir, cubren los gastos que supone la adquisición de dispositivos informáticos en situación de incapacidad permanente, sensorial o de importante movilidad, como consecuencia de un accidente laboral o una enfermedad profesional.
También se incluye una subvención para adaptar el vehículo propiedad del trabajador o del cónyuge o pareja de hecho que conviva con él. Además, se contempla la sufragación de los costes de adaptar un vehículo de nueva adquisición para su uso profesional.
Además de estas prestaciones, se incluye un auxilio por defunción, siempre que haya sido como consecuencia de un accidente de trabajo o de una enfermedad profesional, que cubre los gastos del sepelio.
De la misma manera, se ofrece una ayuda para la realización de cursos de formación en el cuidado de personas con una gran invalidez. Estos serán para las personas que se encarguen del cuidado y la atención del trabajador.
También se incluye un pago único que cubre los gastos de alquiler o amortización de créditos hipotecarios, siempre que se haya producido la pérdida del puesto de trabajo como consecuencia del accidente o la enfermedad profesional.
Cada una de estas ayudas requieren unos requisitos concretos y se conceden siempre que esta nueva situación sea causa de un accidente de trabajo o una enfermedad profesional. Por ello, lo primero que debe existir es un informe del personal sanitario de la mutua, o los servicios sociales, que acredite esta situación y sus causas.
Las mutuas son las encargadas de gestionar estas prestaciones y determinar su cuantía, en función del estado y la situación de necesidad del beneficiario; además, desde el 1 de abril de 2019 los trabajadores por cuenta propia tienen que tener una mutua de forma obligatoria.
Por eso, lo que debe hacer el trabajador es acudir a la mutua y los profesionales analizarán las limitaciones que sufre el autónomo y las consecuencias que supone para la unidad familiar la pérdida de ingresos, tanto durante el tiempo que esté inhabilitado como durante el año siguiente.
En definitiva, si eres trabajador por cuenta propia y has sufrido un accidente de trabajo o una enfermedad profesional y necesitas una baja laboral, puedes solicitar la reserva asistencia para autónomos para no tener que abonar los gastos que puedan ser consecuencia de dicho accidente.
¿Eres autónomo y has sufrido un accidente cuando trabajabas? No dudes en solicitar la reserva asistencial para autónomos.
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